Por Gisela Schmidberg
La desinformación está resultando ser una aliada importante del nuevo coronavirus. Camila Guliano es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad de San Andrés, Argentina, y coordinadora del Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad en Argentina (MESO). También es la autora del informe “Infodemia: Comunicación en tiempos de coronavirus” que pone la lupa sobre este fenómeno que, en un mundo en crisis sanitaria e hiperconectado, nos está amenazando a todos.
¿A qué refiere el concepto de “infodemia”?
La comunicación de crisis que se desata con el coronavirus es un tipo de comunicación reactiva. Parte de gobiernos e instituciones que se ven forzados a responder a una situación planteada por el contexto. En estos casos, si hay confianza en las instituciones y las medidas se comunican de manera clara a la sociedad, los ciudadanos saben qué hacer y sienten apoyo por parte de las autoridades. Sin embargo, en un contexto de hiperconexión y acceso múltiple a la información, todos recibimos gran cantidad de información día a día a través de diferentes canales. La sobreexposición informativa sobre el virus viene entonces acompañada de noticias falsas, teorías conspirativas y fuentes dudosas.
La OMS acuñó el concepto de “infodemia” tras detectar que la enfermedad también se propaga a través Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp y Google y que la desinformación está teniendo un impacto importante en la difusión de la pandemia. Precisamente, “infodemia” denota la circulación de información falsa sobre el coronavirus que se fue incrementando y que atenta contra la necesidad de que toda la población este concientizada sobre qué hacer para evitar la propagación del virus.
¿Qué papel juegan las plataformas virtuales en este problema?
Por las redes sociales, pasa todo el tiempo todo tipo de información. Las técnicas de manipulación empleadas incluyen la descontextualización de imágenes y videos, la legitimación de rumores y la invención de historias. Algunas de las noticias falsas que circularon indicaban que “el coronavirus se puede curar con agua de ajo”, “la gripe y el coronavirus son lo mismo”; o incluso señalaban personalidades contagiadas “El Papa Francisco está “contagiado de coronavirus”. Otras noticias, por ejemplo, mostraban un video de un mercado en el que se venden todo tipo de animales, vivos y muertos, asegurando que era la feria de Wuhan de la que surgió́ la nueva cepa de coronavirus a finales de 2019. Sin embargo, las imágenes correspondían en realidad a un mercado en Indonesia.
En este marco, si bien no hay vacuna informativa capaz de superar la fuerza viral de la desinformación, los funcionarios de la salud y las plataformas están actuando en cuanto a la “infodemia” de distintas maneras. Por ejemplo, la OMS, en coordinación con Google y Facebook, garantizan que los usuarios obtengan primero la información de dicha institución cuando realizan una búsqueda de información sobre el coronavirus e incluso plataformas como Twitter, Tencent y TikTok tomaron medidas para limitar la difusión de rumores y desinformación sobre el virus y el brote.
No todo es color de rosas en este trabajo conjunto. Hay una delgada línea entre hacer un bien público y cercenar la libertad de expresión.
¿Cuáles son las recomendaciones para superar la infodemia?
La irrupción de la pandemia visibiliza la necesidad de promover cambios de políticas para el fortalecimiento de la resiliencia de la población. En este sentido, para superar la “infodemia” se deben brindar mensajes claros, completos y sencillos que puedan explicar la incerteza, la complejidad, el riesgo para uno y para los demás, y las acciones que hay que seguir. Contar con las herramientas para estar informados correctamente constituye una parte importante de la formación de una ciudadanía resiliente y preparada.
En definitiva, si bien es demasiado pronto para saber qué pasará con el brote de coronavirus, para ayudar a evitar la propagación del virus, las personas deben poder confiar en los organismos especializados y las instituciones gubernamentales. Desde nuestros humildes lugares, si queremos evitar difundir información falsa y darle fin a la “infodemia”, es importante acudir siempre a los datos que ofrecen los organismos oficiales.